domingo, 8 de diciembre de 2013

Nueva mudanza

Todo el puente liada con esto del blog... No hemos ordenado el despacho, ni colgado los cuadritos del salón, por no hablar de hacerle el paralelo al coche, claro.

Yo investigando, tecleando y desesperándome con las plataformas de estos mundos del blog y el Cielo escuchándome, sentándose a mi lado y aguantando que le robe el ratón cuando intenta probar algo, pero lo hemos (casi) conseguido: el blog se ha mudado.

Y esta es su nueva dirección:


Por favor, por favor, por favor, volved a entrar en los posts, investigad las categorías y las etiquetas y contadme cosas. Que me hace una ilusión tremenda ver las visitas a cada entrada...


Y aprovecho para daros las gracias: estoy muy ilusionada con el blog, con mil ideas paseando por mi cabeza a todas horas, y vuestras palabras de apoyo hacen que sea una experiencia aún mejor. 

¡Gracias y os espero en el nuevo dominio!

viernes, 6 de diciembre de 2013

Hay personas que

Mujeres llevando agua, por el Primer Sol (2010)

Hay personas que, por su mero existir, hacen del mundo un lugar mejor. No están en los medios, no reciben honores ni las buscan personajes ilustres para recibir su consejo, pero te cambian la vida con una palabra, un gesto o la forma de andar por ella.

Yo que soy rica en amores, grandes y pequeños, tengo la suerte de convivir con personas así todos los días. Vaya por delante que mi suerte no es haberlas encontrado entre la multitud, que mi suerte es tener la capacidad de verlas, donde quizá otros miran y ven normalidad...

Me falta blog e internet incluso para dar una pincelada de todas y cada una (están en mi casa, en mi trabajo, caminando por la calle, tienen un registro en mi agenda o leo lo que escriben en su blog), pero aquí van unas pocas, sin orden ni concierto.

Una mañana lluviosa en Goya, muy prontito, en 3º. de BUP, un señor con barba parado bajo un soportal, me sonrió desde su paraguas. No pude evitar mi sonrisa, nació sola sin que me diese tiempo a hilar un pensamiento, y juro que el gris del día se iluminó. Puede no parecer una gran gesta, pero recuerdo ese momento con todo detalle, y a veces me sorprende y me sigue arrancando una sontisa. Desde entonces, y por otras razones que contaré en algún párrafo, sonrío aleatoriamente a la gente por la calle.

En esa etapa de mi vida se forjó mi Yo, mi núcleo, al que me remito cuando vivo una crisis existencial y no sé qué hacer o a dónde ir, el que intento que prevalezca sobre otras cosas que no me definen, el que me ha motivado a empezar el blog y a sacar todas esas cosas que sí me definen. Los artesanos, entre otros, fueron mis queridos profesores y mis compañeros. 

No recuerdo los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial ni las declinaciones de latín (bueno, un poco sí :) pero me enseñaron a analizar los temas, a desgranarlos, a comprenderlos, a hacerlos sencillos y, por el camino, a amar el conocimiento. Me hicieron ver lo grande que es el ser humano por las cosas que es capaz de crear, de comprender, de aprender. Me dieron herramientas para estudiar el mundo e interesarme por él, y desarrollaron capacidades que me acompañan hoy en muchos ámbitos. Me dieron herramientas para que yo a mis hijos hoy, pueda transmitirles ese mismo amor por el aprendizaje. Y me enseñaron a apreciar el trabajo bien hecho, con mimo y dedicación. Para cada uno tengo un pensamiento, para los que están y para los que ya nos dejaron.

Para mis amigos tendré que hacer otro post, que de verdad soy multimillonaria, y sería tan injusto dejar a alguien fuera... 

Y otro para post mi madre, claro, aunque lo mismo necesito unos cuantos... Por mi madre sé que el amor es infinito, y la generosidad, su fruto más dichoso. Curiosamente, eso mismo me han enseñado mis Soles... Todos mis post son de y para ellos.

Hay una persona que es quizá la que más ha enriquecido mi vida. Seguramente lo vislumbraba desde pequeña, pero tuvo que irse para que fuese plenamente consciente del ejemplo vital que me ha regalado, moldeándome más de lo que puede haberlo hecho la genética. Mi abuelo, con sus acciones del día a día, me enseñó que estamos aquí para hacer felices a los demás, y que tu vida no es algo que venga determinado por las cosas que te pasan, sino por cómo te enfrentas a ellas. 

Hacer feliz a alguien no es la cosa más difícil del mundo, sino algo tan sencillo como soltarle un piropo gracioso a la vecina del tercero cuando pasa cerca del banco en el que lees el periódico (aunque pese 100 kgs y vaya en bata), guardarle el perro a un amigo que tiene que hacer un recado, darle un caramelo algo maltrecho a un niño (siempre llevaba caramelos en el bolsillo, siempre) o preguntarle a una chica qué tal está su madre, que hace unos días se encontraba mal. Lo feliz que hagas a la persona que recibe tu atención es directamente proporcional a la capacidad que tenga para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida...

Lo de las cosas que te pasan es algo más complicado, porque hay que estar hecho de una determinada pasta para ver el vaso medio lleno. Lo paradójico es que, en nuestro día a día, y sin desgracias de por medio, siempre está medio lleno, y las cosas buenas superan con creces las malas; sin embargo hay personas que se concentran en sentir la china en el zapato sin reparar en el campo de flores sobre el que caminan. Mi abuelo me enseñó a saber mirar y a encontrar las cosas maravillosas que están en todas partes, esas que hacen que sonría cada mañana y disfrute de instantes invisibles a los ojos de otros menos afortunados.

Hay personas que, para el que sabe ver, hacen que la vida tenga sentido. Entre ellas el Cielo sobre el que puedo vislumbrar cualquier horizonte...

martes, 3 de diciembre de 2013

Receta para crear una refamilia


Marciano, por el Pequeño Sol (oct 2013)

Ingredientes 
(ajustar las cantidades y cualidades a la obtención de la refamilia deseada; las cantidades de cada ingrediente variarán a lo largo de la vida de la refamilia)

  • Una medida de Ella: mujer de 34 años descasada desde hacía año y medio, con dos hijos. Ya había pasado el duelo del divorcio y empezaba a ser nuevamente Ella, con un recién estrenado trabajo conseguido a golpe de estudio contra viento y marea. Sus soles son las luces que la habían guiado y sostenido por todas las tinieblas pasadas. Como madre, su preocupación última es enseñar a sus hijos a ser felices, por ellos mismos y por encima de las circunstancias, a disfrutar las pequeñas cosas del día a día y a buscar el aprendizaje en sí mismo, siempre respetando y cuidando de los demás. El resto no es lo primero y ya vendrá.

  • Una medida de Él: hombre de 38 años con un año de ventaja en su estado civil de divorciado, pero aún con camino por recorrer, padre de dos hijas. Centrado en su trabajo y sus niñas, terminaba un Máster que iba favoreciendo su crecimiento personal. Su generosidad personal y entrega le hace valedor del apelativo “bueno” entre sus compañeros, aunque a veces aparece “el talibán” cuando no logra hacerse con la situación. Como buen ingeniero, casi todo es medible y susceptible de encaje en algún cuadrante, poco amante de la sorpresa y defensor del control. 

  • Una pizca de Primer Sol: por esas fechas un niño de 5 años y medio, cariñoso y responsable. Con baterías de preguntas que siempre tienen una respuesta acorde a su edad, tiene muy clara su vida y no se deja influir por el qué dirán (fue el primer niño en ir a danza en el cole). Es muy reflexivo y maduro y su hermano es su mejor complemento, siempre juntos. Es “el guapo” y lo sabe. Tanta perfección provoca que en ocasiones adolezca de un poco de suficiencia.

  • Una pizca de Segundo Sol: con 3 años y medio en aquellos días, es la alegría y el trasto de la familia. De inteligencia rápida e imaginación portentosa, tiene una sonrisa para todo el mundo; fiel seguidor de los dictados de su yo, ha desquiciado a más de uno. Futuro ganador de un Óscar a la interpretación, es fan número uno de su hermano mayor. Es “el salao” y lo aprovecha. 

  • Una pizca de Estrella Mayor: por aquel entonces a punto de cumplir los 7, es la rebelde de un sistema no parametrizado para ella: creativa, artística, magnífica narradora, no soporta los deberes y otros lastres. Durante mucho tiempo princesa, vadea como puede el destrone. Generosa como su padre, tiene casi siempre un pensamiento para los demás. A veces necesita un empujoncito para emprender nuevas aventuras.

  • Una pizca de Estrella Menor: 3 años recién cumplidos, traviesa, pizpireta, capaz de arrancarle una sonrisa al más pintado. Busca la atención de su hermana mayor pero no siempre lo consigue. Con un sentido del humor impropio de su edad, siempre te queda la duda de si va en serio o eres víctima de sus encantos.


Preparación

Para la base inicial

Se inicia una relación entre personas adultas, con kilos de experiencia a sus espaldas y una cierta intuición de lo que se quiere y lo que no. Es preferible que se tenga la fortuna de encontrar a quien nos complemente, como alma y como proyecto de vida, y en lo que no ayuden los hados, añadir a la receta grandes dosis de tolerancia, generosidad y empatía. Todo lo que merece la pena, requiere un esfuerzo.

En el momento de la preparación de la base no se piensa en el plato final, sino que se los ingredientes se dedican, principalmente, a saborearse y disfrutarse. Si la base no fragua adecuadamente, se resquebrajará al añadir el relleno.

Para el relleno

Una vez se tiene claro el relleno deseado, se inicia su preparación, a fuego lento, despacito para que vaya cuajando en el más pausado de la relación, pero lo suficientemente vivo para que no desespere al más impaciente. La vida tiene tiempos que son más sabios que los tiempos de las personas.

Dada la delicadeza de los ingredientes a incorporar, hay que ir introduciéndolos poco a poco en la receta, especialmente si están en diferentes grados de maduración, evitando las etiquetas y dejando que se relacionen, se conozcan y se quieran de manera natural.

De esta forma, las pizcas irán cobrando protagonismo en la receta, y pedirán homogeneizar la mezcla, queriendo pasar cada vez más tiempo juntos, entre ellos y con los ingredientes primigenios.

En ocasiones, se pueden mezclar ingredientes primigenios con un grupo de pequeños ingredientes pero no con el otro, para ir forjando vínculos necesarios para el buen fin de la mezcla. En ningún caso hay que descuidar la maduración de los ingredientes iniciales, que deben mimarse y construir su propia relación.  

Para la cobertura

Una vez conseguida la mezcla óptima y madurados todos los ingredientes para que estén a la sazón, se vuelcan en un molde apropiado, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Téngase en cuenta que con los ingredientes mezclados, se obtendrá un plato que realzará las propiedades de cada uno, y subirá la mezcla en el horno. A partir de este momento, el plato preparado será el que los ingredientes construyan para sí, y recibirá el nombre de refamilia. ¡A disfrutar y chuparse los dedos!



Nuestra receta lleva cociéndose dos años y poco, y llevamos en el mismo molde casi medio. Me inventé el término un día, cansada de explicar que éramos dos familias juntas, una “requetefamilia”, y como ésa, inventamos cosas todos los días, para construir algo que no tiene manual, como casi nada en la vida. Todos nos hemos adaptado a nuestra nueva realidad, creciendo. Somos los seis muy distintos y buscamos la fórmula que nos complemente y enriquezca a todos y, de momento, nuestros pasos nos llevan por el camino de la felicidad del día a día, que es el que lleva a la Felicidad.

En otras entradas iré desgranando la receta para que se entienda ;)



mi GRAN busca y encuentra

Todo blog que se precie tiene su Estoy leyendo, pero a servidora ya no le da la vida... no por horas de vigilia, que yo soy de las que creo que no hay mejor motivo que el propio interés, sino por (in)capacidad de concentración. 

No sé si es la edad, la variedad de tareas entre las que deambulo, la ineptitud para vaciar mi mente, mis múltiples hilos de pensamiento o la refamilia, pero el caso es que no me concentro. No hay manera. Casi nada me engancha. He pasado del libro a la semana, al libro mensual, si llega... De hecho, era de las que, cuando alguien me decía "uy, yo antes leía muchísimo", pensaba "no serías una lectora de verdad, como yo. ¡Yo nunca dejaré de leer!". Intolerancias de la inexperiencia vital, qué le vamos a hacer...

En fin, que voy a cambiar el Estoy leyendo por un Estamos leyendo, que eso sí lo hacemos :)

Voy a empezar por un libro sin muchas letras, pero que les encanta y hace que sus cabezas se junten en cada página. El título no deja mucho margen a la imaginación: es un libro en formato enoooorme (no cabe en la estantería más que tumbado sobre el resto) y hay que buscar y encontrar diversas y divertidas figuras en los escenarios más variopintos.

 

 

La diferencia con el clásico Wally es que al mayor no le costaba demasiado encontrar las cosas (7 años, vista de lince; es al que encargamos buscar todo lo que se cae), pero el pequeño estaba muy perdido (5 años, capacidad de búsqueda heredada de su madre, que "no encuentra agua en el mar"), y con este libro buscan los dos. 



 





Las Estrellas no lo tienen muy visto, así que el próximo fin de semana juntaremos cuatro cabezas y 40 dedos sobre el papel, multiplicando quejas ("quítate, que no veo") y diversión.

Impresiones de primera mano.

Yo: "¿Qué es lo que más os gusta del libro?"

Soles: "Que hay que encontrar cosas chulas." (son chicos, agradezco que no hayan dicho un mero "Bien", que es la moda de las respuestas a mis preguntas tipo "¿Qué tal el día/la peli/el fin de semana?")

Yo: "Chulas ¿como qué?" Aquí vamos mejor, cerrando algo más el abanico de respuestas.

Soles: "Chulas como el niño haciendo pis y el superhéroe". Lo de la o subrayada de chicos no es baladí...  "¡Y sale Scooby Doo!" Desde luego eso es un punto muy positivo...


El próximo tendrá más letras, que ya lo tengo elegido ;)


P.S.: Perdonad la calidad y disposición de las fotos, pero ni la fotógrafa ni el editor de texto son muy fiables...



viernes, 29 de noviembre de 2013

¡¡Felices cumpleaños!!


Amigas jugando, por la Estrella Menor (oct 2013)
Hace una semana fue uno de esos días mágicos, especiales, llenos de ilusión para la refamilia. ¡La Estrella Menor cumplió 5 años! Sólo hemos podido compartir los últimos dos, pero teniendo en cuenta la edad, podríamos decir que estamos ahí desde el principio.
 
Éste ha sido el primer cumple de la Estrellita celebrado en Casa, en la de todos, y lo hemos hecho estilo refamilia, lo que viene siendo un cumpleaños gitano, de tres días mínimo: día de la fiesta, día del cumple coincidente con el del nacimiento y día con la familia "ascendente".
 
El día de la fiesta fue el sábado de hace dos semanas, en que coincidíamos los seis. Preparamos la fiesta de cumple en casa, entre todos. Por la mañana, los soles me ayudaron a preparar magdalenas y palmeritas, y estuve entretenidísima con mi primera tarta red velvet. Por la tarde, en la merienda, descubrí que los sándwiches de nocilla siguen siendo los reyes de cualquier cumple que se precie…  
 
Ya con la barriga llena, preparamos un amigo invisible y nos pusimos manos a la obra con el primer taller. Un cuaderno para cada niño, diez rollos de masking tape de motivos variados, tres láminas de pegatinas brillantes y una cajita de pegatinas de madera dan para mucho, ¡en tiempo y en imaginación! Tenía yo mis dudas de que fuesen a desprenderse de su preciada obra, y precisamente por eso ideé lo del amigo invisible, para que experimentasen la dificultad de entregar algo tuyo (no porque sea de tu propiedad, sino porque algo de ti va en tu obra) y recibirlo de otro. El resultado fue maravilloso: a todos les hizo ilusión hacer el regalo (el Segundo Sol con algo de reticencia porque el que había hecho él era el más bonito, obviamente, pero al final se avino) y pensaban más en la persona a la que iban a agasajar que en sí mismos. No era dificil darse cuenta porque, en menoscabo de la invisibilidad del amigo, volaban sobre la mesa preguntas del tipo “¿cuál es tu color favorito?” o “¿te gustan más las mariquitas o las mariposas?”. También comprobé (de nuevo) que minimalismo e infancia son irreconciliables…

Durante la hora siguiente, mientras preparábamos los ingredientes para la pizza de la cena, ocurrió lo que suele ocurrir cuando dejas a varios niños sin actividad programada ni tecnología: JUEGAN… Los mejores juegos son siempre así, sin juguetes, sin monitor, sin ceremonia ni preparación. Y esta vez, un clásico: ¡tinieblas! Tuve que trocear champiñones a la luz de la campana para que no entrase luz en el salón, pero las risas y los gritos hicieron la tarea más que llevadera.
 
Y segundo taller, que aquí hemos venido a jugar: por cada niño, una base de pizza casera con tomate; al centro, bol grande de mozzarella y pequeños de ingredientes variados. Crearon pizza monotemática, pizza de diseño, pizza de todo junto… Se comieron la mitad y ahora tengo en el congelador raciones variadísimas para un mes por los menos.

La tarta y la piñata cerraron una celebración estupenda…


… que continuó la mañana del 22 con los Soles, la Estrella Mayor, el Cielo y servidora cantando el Cumpleaños Feliz a las 7.30 de la mañana a una pobre Estrellita somnolienta, despertada a base de achuchones y tirones de orejas, pero que llegó al cole con un año más y una sonrisa traviesa. Fue nuestra pequeña celebración del día real de su cumpleaños, porque ese fin de semana el Cielo y yo estuvimos de novios.

Es cierto que una refamilia no siempre puede estar reunida los días especiales, que hay que gestionar calendarios negociados de colores, y muchos días se echa de menos a Soles o Estrellas, pero los días que estamos todos juntos, esos días, son maravillosos y esponjan el corazón…

Vaaaaale, a veces elevan un poco la tensión, pero sea como sea, ¡siempre nos quedamos con ganas de más!



Momentos para el recuerdo

Los seis en la cocina. La Estrella Mayor practica con la guitarra Greensleves, mientras el resto baila, a ratos cada uno a su aire, a ratos copiándose unos a otros. El Cielo y yo improvisamos una especie de vals, mirándonos, sonriéndonos. Los pequeños se acercan e intentan bailar a nuestro alrededor. Los voy cogiendo en brazos uno a uno y bailo con ellos. Más risas, besos...


jueves, 28 de noviembre de 2013

Roedores navideños


El niño curioso, por el Primer Sol (nov 2013)
Ya casi la tenemos aquí. Con paso sigiloso pero seguro, se cuela en los escaparates, envuelta en purpurinas y destellos, con aroma a canela y a almendra. Nos pilla reprimiendo una exclamación ante pasillos y pasillos de juguetes. De nada sirve que algún centro comercial anuncie que ya está aquí antes de su llegada, siempre hay un día en que te sorprende verte rodeado de ella…
Quizá ésta sea la última Navidad de inocencia infantil en la refamilia al completo… La Estrella Mayor cumplirá 9 cuando empiece el año, seguida del Primer Sol (7 y medio), del Segundo Sol (5 y medio) y de la Estrella Menor, con 5 recién estrenados.
La Estrella Mayor, con motivo de la caída del segundo diente del Primer Sol, me encerró a traición para hacerme una pregunta de vital importancia, porque tenía informaciones contradictorias y necesitaba saber: “el Ratón Pérez, ¿existe?”. En lo que duró mi suspiro pensé tres cosas: ¿por qué no le preguntas a tu padre o a tu madre?, ¿no prefieres hablar de sexo? y ¿ahora qué le digo? En mi caso la pregunta se la hice a mi madre en un intento desesperado de que algo de mi imaginario infantil existiese, justo después de confirmar que los Reyes no eran tan mágicos como creía…
Hace tiempo me mandaron una fábula sobre el pacto entre Reyes y padres, y la adapté a nuestro roedor, previo juramento de la Mayor de no revelar nada a nadie, a saber:


El día que a un niño se le cae su primer diente, el Ratón Pérez hace dos paradas en su visita esa noche: la primera es en la habitación del afortunado, bajo la almohada del cual busca su tesoro y coloca a cambio un regalito. Nada demasiado grande, porque el Ratón es pequeño y no puede cargar con cosas pesadas. La segunda parada es en la habitación de los padres, a los que hace partícipes de su aventura, ya que un ratón es un ser muy chiquitín, y hay muchos niños y niñas a los que se les caen los dientes, por lo que les encomienda una tarea: ayudarle en su misión de recoger dientes y cambiarlos por regalos. Cuando a un niño se le cae un diente, el Ratón, gracias a su red de ratones, se entera, y consulta su mini agenda de ratón; si puede, va en persona a llevar el regalito, pero si no puede, hace llegar un aviso a los papás para que le pongan el regalo bajo la almohada y recojan el diente. Al día siguiente el ratón lo recoge y lo lleva a sus almacenes dentales.
La Estrella Mayor se quedó muy contenta y aliviada, como si en su cabeza hubieran encajado piezas que parecían irreconciliables, pero advierto que abrió el turno de preguntas y tuve que inventar nuevas historias (“Pobre de aquel que inventa una mentira, porque habrá de inventar 20 más para encubrir la primera”): “¿Cómo es el Ratón Pérez?, ¿habla?”, “¿Y cómo te manda el mensaje?”, “¿Es Jane (nuestro hámster) una agente secreta del Ratón Pérez?”. Llegado este punto tuve que recurrir al comodín de madre “Esas cosas las sabrás cuando a tu hijo se le caiga un diente y venga el ratón a verte…”
La preocupación del Segundo Sol en todo este trajín de ratones, sin embargo, es que el ratón Pérez, para llegar a la almohada de su hermano, tiene que pasar con sus patitas sobre la suya…

Frases célebres caseras


Personajes: Segundo Sol y yo misma.
Situación: En el coche, camino a casa volviendo de Madrid. Silencio compartido entre el Segundo Sol y yo, escuchando música.
Sol: “Mamá, ¿sabes que en los ascensores hay un duende que los sube y los baja?”
Yo: “Pero hijo, ¿cómo va a haber un duende, todo el día ahí puesto, subiendo y bajando el ascensor?”
Sol: “No, claro que no; cuando se cansa se va y le deja la magia para que suba y baje”.

Lo que hace vivir en las afueras…


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Frases célebres caseras

Personajes: Segundo Sol y yo misma.

Situación: enésimo "tóoooomate la leche" 5 minutos antes de salir por la mañana hacia el cole; la tensión ha ido en aumento en los 10 minutos anteriores, yo estoy al borde de la histeria y supernanny olvidada en el hemisferio izquierdo del cerebro junto con mi cordura.

Yo: "Termínate ya la leche, que al final llegamos tarde..."

Sol: "No te enfades, mamá, que yo te quiero mucho" (una de las últimas bazas que juega el Segundo Sol últimamente, y ablanda un poco, las cosas como son).

Yo: "Pues quiéreme un poco menos y hazme más caso" (lo sé, ya soy 100% madre)

Sol, llorando con lágrimas de verdad: "Mamá, ¡¡yo no te puedo querer menos!!

Y yo sin saber si reír o llorar, abrazándole :) Supongo que tampoco podrá hacerme más caso...

Mujeres y piedras

Retrato de Mamá, por el Primer Sol (2011)

Madre mía… No puede ser... ¡Otra vez no! Pero si ya lo hiciste en 7º de EGB y pusiste a Dios por testigo que nunca más volverías a hacerlo, aunque tuvieses que robar, ponerte horquillas o cardártelo… Y claro, no hay mejor hora que las 7.10 a.m. para hacerlo, con tranquilidad y sin presiones…
Pero sí, mírate, tu espejo es como el de la madrastra de Blancanieves pero en mudo y no miente: “has vuelto a destrozarte el flequillo y te voy a seguir devolviendo este look monacal durante el próximo mes”.
¿Así que para esto sirve esa variedad de tijeritas chorras que tienen las peluqueras, incluso las que parece que ni cortan? ¿Y esas técnicas en las que te cogen el pelo al bies al cortar, con las que piensas que no habrá un línea recta en tu pelo una vez salgas? Date, para esto son, para que tu flequillo no parezca cortado a guillotina…
Por qué no has parado cuando a las tijeras les costaba cerrarse, o al caer los primeros mechones que, inequívocamente, no eran las puntitas del flequillo… pero no, tú querías un flequillo con más cuerpo, no los cuatro pelillos que me dejaron la última vez. Mira que mona era Amelie y lo llevaba aún más corto… ¿Cuánto tardaría Audrey Tautou en dejarse crecer el flequillo…?
Tú tranquila, respira, no pasa nada. Te pones un poquito de rimel y ya verás que tus ojos destacan tanto que la gente ni se fijará en el pelo. ¿Y si también te pintas los labios de rojo pasión...? Total, si la última vez que pasaste de pelo largo a media melena y te diste mechas no se dio cuenta casi nadie, cómo van a apreciar que tu flequillo ha menguado medio centímetro…
¿Ves? Los Soles no han dicho ni media. El Cielo sí, pero porque te ha oído llorar en el baño, y claro, no ha podido más que sonreír, reprimir la risa y darte un besito “yo te voy a querer siempre”. Las del cole pasan, el conductor de autobús da los buenos días con normalidad… ¿lo ves, tonta?
Ahora entras en la ofi, normalidad, sonrisa, buenos días… “¿Has ido a la peluquería?” Pero no uno, ni dos, ni tres... ¡hasta el ordenanza!
24 años después, esta mujer vuelve a tropezar por segunda vez en la misma piedra. Por ver el lado positivo del asunto, al menos esta vez no lo he dejado de 2 centímetros a fuerza de intentar que quede perfectamente recto…


P.S.: Ya lo ha visto mi madre… sin compasión, es lo que tiene una madre. Incluso ha aprovechado para decirme, por enésima vez, que las mechas que llevo son horribles. Menos mal que cuando estoy mona soy la más guapa del mundo ;)
P.P.S.: Al final no lo he resistido, el pelo crece muuuuuy lentamente... he ido a la peluquería a confesar mi infidelidad... y sí, lo han arreglado un poco con unas tijeras raras y ¡no haré de paje en la función de Navidad! 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Al principio todo era caos... Génesis de mi Mundo



Ciudad del Segundo Sol (jul 2013). Gusano Primer Sol (2009)


Hoja en blanco, cabeza bulliciosa, ánimo elevado -“todos los caminos empiezan con un primer paso”- y expectación a raudales. Sobre todo, expectación, porque ni la que suscribe sabe sobre qué va a versar este primer post… ventajas de ser mujer, supongo ;)
No puedo decir que esté en un momento importante de mi vida, porque a la postre todos lo son por una razón u otra, pero sí es un momento en el que confluyen cosas relevantes, a saber:
Tengo dos Soles maravillosos que iluminan mi vida: guían mis pasos, mis decisiones, mis ilusiones… Se supone que debería ser al revés, y formalmente lo es, pero ellos son la base de todo. Siempre han sido luz y calor en cualquier oscuridad.
Tengo un Cielo sobre el que puedo pintar cualquier escenario, porque él lo sostendrá. Mi par, que no mi igual, al que no encontré en un baile encantado ni es el primero con el que he bailado, pero con el que espero bailar toda la vida. La imagino pasar en imágenes como si estuviese en mitad de un río, y cuando miro a mi lado, siempre le veo junto a mí, como dos piedras juntas en el cauce cambiante.
Mi Cielo tiene dos Estrellas que también iluminan mi vida, aunque desde algo más lejos que mis Soles. Es maravilloso descubrir una estrella y conseguir acercarla a ti. A los Soles y las Estrellas les encantan brillar juntos...
El Cielo, los Soles, las Estrellas y servidora se han montado un cosmos propio. Sí, sí, de verdad, que uno puede ponerse el mundo por montera y hacerse uno a su medida. El nuestro está en rodaje, y no se nos da mal esto de ser demiurgos de nuestra propia vida, a pesar  de que “no sabíamos dónde nos metíamos”. Quizá por eso, porque no había mucha literatura ni práctica dogmática al respecto y tenemos que inventarnos las reglas cada día, no ha sido tan difícil. Y cuando juntas dos medias familias, para los que no son de letras, obtienes una refamilia.
Otros astros maravillosos que habitan mi universo alaban mi paciencia, creatividad y entusiasmo a la hora de hacer cosas con los enanos y la casa, y después de visitar asiduamente y convertir en mis heroínas del día a día a la Madre Tigre y la Madre Ninja (amén de las risas, sonrisas y lágrimas que me arrancan), y de chapotear con botas de agua o pasear por this little street, me apetece a volver a aquellos tiempos de adolescencia en los que me atrevía con la escritura (en aquella época, escritura de la buena, con papel y boli!)
Los días pasan a una velocidad pasmosa… los niños crecen por momentos, algunos de mis recuerdos pasan ya de de la década, algunos de mis mejores amigos lo son desde dos o tres de ellas (vale, eso sí que es genial…) y mi cabeza no da para apenas nada, más que para intentar vivir intensamente (y no matarme en el intento) todo lo que ocurre a mi alrededor, procurando hacer que ocurran la mayoría de las cosas y bailando con las que ocurren “solas”. Se me agolpan muchas cosas en la cabeza y me apetece sacar algunas, mirarlas, saborearlas, pensarlas, sentirlas… y si por el camino a alguien le sirven, ¡miel sobre hojuelas, que decía mi profesora de latín! 
Resumiendo, que como estoy en esta etapa tan maravillosa de formar una refamilia, el tiempo pasa volando, soy capaz de moldearlo pero no de capturarlo, y resuelvo algunas cosas de forma más o menos estilosa, aquí me tenéis, dispuesta a aportar un nuevo cajón de sastre a la cajonera 2.0.